La Catedral de Santa María de Mediavilla
La Catedral de Santa María de Mediavilla, situada en el corazón de Teruel, es una joya del arte mudéjar y uno de los principales exponentes de este estilo en la ciudad. Junto a las emblemáticas torres de las iglesias del Salvador, San Martín y San Pedro, conforma un conjunto arquitectónico declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1986.
Originalmente, la catedral fue una parroquia, luego ascendió a colegiata en 1342, y finalmente, en 1587, se convirtió en catedral tras la creación de la Diócesis de Teruel. Su torre, de planta cuadrada y estructura cristiana, está formada por tres cuerpos con un elegante remate octogonal. El primer cuerpo de la torre se distingue por un arco apuntado que se abre sobre la calle y los característicos cilindros de cerámica verde, un elemento distintivo del arte mudéjar.
Uno de los aspectos más impresionantes de la catedral es su techumbre. Este increíble ejemplo de arte mudéjar es una verdadera enciclopedia de la vida medieval, con su rica decoración basada en motivos geométricos, heráldicos, vegetales y figurativos que representan a reyes, caballeros, nobles, santos y escenas de la vida cotidiana. La techumbre está considerada la más bella techumbre mudéjar de madera pintada y ha sido llamada la ‘capilla sixtina del mudéjar’ por su complejidad y belleza.
Otra joya de la catedral es su cimborrio, un octógono que se eleva sobre el crucero del templo. Sus ventanales ajimezados, con detalles renacentistas, añaden un toque de elegancia a esta obra maestra del mudéjar.
Declarada Monumento Nacional en 1911, la catedral y sus elementos arquitectónicos, como la torre, el cimborrio y la techumbre, son testimonio del esplendor del arte mudéjar y un símbolo cultural de Teruel.